jueves, 7 de marzo de 2013

Las mujeres y la injusticia globalizada...


Al parecer, todo empezó cuando a alguien muy ingenioso se le ocurrió "globalizar" el mundo. No nos dimos cuenta porque no teníamos ni idea de lo mucho que puede pergeñar la mente de los malvados. Veníamos de otra experiencia vital, de otras campañas de motivación, de otra tendencia social en la que intentábamos concienciarnos en el concepto de integración y en todos sus aspectos sociales. Un concepto surgido de la necesidad de respeto a cada ser humano, por diferente, único e irrepetible. 
Eran tiempos de cambios conquistados, de metas casi alcanzadas, de objetivos básicos cumplidos. Pero a alguien, repito, se le encendió la luz de la crueldad y de la injusticia y la bombilla prendió: NUEVAS FORMAS Y MÁS SOFISTICADAS DE MASACRAR A LA POBLACIÓN MUNDIAL se habían diseñado para someter a la Humanidad.
La mal llamada crisis, pues no es más que una estafa de dimensiones descomunales, nos ha sumido de nuevo en el dolor, en la miseria, en el hambre... en la desesperación. Generaciones que han resultado baldías porque sus sueños y sus ilusiones, sus sacrificios y entrega total para forjar un futuro mejor, se han esfumando: no hemos sabido conservar nuestra herencia. Motivos de disculpa sin duda los hay pero, en mi opinión, no se trata ahora de culparnos por ello ni de hundirnos en la sumisión así que, debemos sentirnos rebeldes con causa, guerreros por la justicia social, luchadores contra el mal establecido por el dinero que, sin duda, busca mermar la población de la tierra.
La Globalización, pretendida básicamente en lo económico pues es la mejor y más eficaz forma de controlarlo todo, se les ha ido de las manos y en ese TUTTO REVOLUTO, se ha puesto en pie de lucha, la conciencia social. Pero entre todo el maremágnum que nos han montado y en medio de las infinitas injusticias a las que estamos sometidos, sabemos que siempre hay sectores más precarios, más débiles e indefensos. Entre todos ellos, hoy quiero destacar al de la mujer. Y en especial, a las mujeres que luchan  en este mundo globalmente deshumanizado que nos arrastra a la pérdida de todo lo que tuvimos. Por lo tanto, este año mi homenaje pequeño pero más que nunca emotivo, no mostrará siete fotos con nombres propios sino siete imágenes del dolor global, que va en aumento.


Las Abuelas.

Viudas, sordas, reumáticas... algunas hasta hace poco abandonadas pero recuperadas por un plato de sopa de sobre y un huevo frito. La pensión no da para más ni para tantos. Incluso sin pan la mayoría de las veces, y sin abrigo.
Abuelas cariñosas y abuelas con amigo incluido, con nombre alemán. Mujeres cansadas, con los dedos torcidos pero con la mirada llena de vida. Madres sufridoras de errores propios y ajenos que ya no pueden ir a la peluquería una vez a la semana. Con dietas escasas para pagar los libros de los nietos. Cuidadoras de niños más fuertes que ellas y con más energía, para ponerles el corazón en vilo cada vez que saltan del tobogán. Abuelas aburridas de vivir desde que perdieron a sus maridos y sin más distracción que contar el tiempo...
Ancianas que pasaron sus días trabajando por los demás y olvidaron mirarse a la cara. Supervivientes de una Historia que las sometió, privándolas de una opinión y de una vida propia.
Todas ellas, que remontaron tantas injusticias con carácter y decisión, son ahora pequeños cuadros de una realidad que arrastran la pátina de lo que fueron y el secreto íntimo de lo que anhelaron...
Se os quiere y se os reconoce lo que estáis haciendo.
Mi más sincera admiración.



Las Asistentas Sociales.

Trabajadoras escasas, porque la estafa que nos han montado requiere pagar menos sueldos. Mujeres con sentimientos que tienen que endurecer su corazón a ratos, para poder denegar las ayudas sociales que, hasta hace un día y medio eran un derecho reconocido. Mujeres con hijos, con padres, con hermanos,  que sufren al pensar que, aquél que tienen delante, podría ser su familiar o un amigo. Personas concienciadas que buscan recursos y vericuetos para suavizar el dolor o calmar el hambre de otros con menos suerte.
Trabajadoras afortunadas que pueden cubrir necesidades propias y familiares y que, en muchos casos, comparten más que puntualmente con otros seres que van encontrando en el camino.
Por vuestro esfuerzo profesional y personal, por vuestro saber hacer y comprender, por vuestra contención emocional  que os permite volver cada día a vuestro trabajo para enfrentaros a nuevas injusticias y a nuevos retos, mi reconocimiento más sincero.



 Las Madres.

Paridoras de vida y sueños. De ilusiones y juegos. Del futuro y del progreso.
Mujeres emprendedoras capaces de ejercer todas las profesiones y de reír con sus hijos entre temores y lágrimas escondidas. Fuertes personas, fuertes mentes las suyas que pueden cantarle una nana a los estómagos vacíos. Madres creativas buscando soluciones valientes y eficaces para paliar las decisiones que otros más afortunados toman desde sus despachos climatizados.
Corazones zurcidos a grandes puntadas porque no hay tiempo para la vainica primorosa.
Doctoras de urgencia para los cumpleaños felices de aquellos que confían y no entienden. De los que esperan a Los Reyes Magos con temor porque no hay leche para dejarle a los camellos.
Mujeres mentirosas por amor y por compasión.
Mujeres capaces de poner el mundo al revés, por darle a sus hijos, todo lo que la infancia requiere...
A vosotras, madres de todo el mundo, que veis llorar a vuestros hijos por la maldad del que domina, os entrego mi grito de guerra para que vuestro sufrimiento no sea ignorado.
Todo mi amor universal para vosotras, luchadoras de la vida.



 Las Cuidadoras Familiares.

Mujeres silenciosas. Limpiadoras de platos y de babas. Resistentes a los gritos, al sufrimiento, a los insultos y a la desproporción. Con amnesia, para seguir adelante con la tozuda suegra que siempre le tuvo celos... con el suegro que ha perdido el norte y quiere seguir mandando. Con el cuñado enfermo que no la respeta. Con el hijo que le desgraciaron al nacer. Mujeres que saben de espinas bífidas, de derrames cerebrales y de cambiar pañales para niños de ochenta años.
Cuidadoras que arrastran su depresión desde tiempos que ya ni recuerdan. Sin posibilidad de descansar y de olvidar sus preocupaciones ni una sola tarde a éste lado de la ventana, en silencio, viendo pasar a la gente entre charlas, risas o besos. Personas con dolor de espalda y sin fuerzas para mover una silla de ruedas o para hacer la compra en media hora. Ágiles camareras, rápidas doncellas, veloces para consolar el dolor ajeno y siempre sonrientes, pacientes, cariñosas.
A vosotras, que pensáis que ya no podéis más pero resurgís como el Ave Fénix, todo mi cariño y reconocimiento.



Las Maltratadas

Lapidadas, quemadas, desfiguradas con ácido, apuñaladas, estranguladas, golpeadas hasta la muerte, secuestradas, ofendidas, engañadas, vendidas, usadas, olvidadas, condenadas, violadas, atadas, amordazadas, hundidas, contagiadas.
Con dientes y huesos rotos, con cuencas sin ojos, con cuerpos sin ropa, con la cara amoratada, sin clítoris, sin pelo, sin respeto, sin amor...
Mujeres que un día tuvieron sonrisas abiertas que les salían del corazón.
Mujeres enamoradas que confiaron en su captor.
Mujeres que nacieron antes o después del premio de consolación.
Mujeres a las que parieron otras mujeres en el mismo punto de rendición.
Mujeres olvidadas por el tiempo y el espacio.
Personas con palpitaciones en el vientre, con ternura en las manos, con venas, con riñones, con estómago. Seres humanos fulminados, destripados.
Nunca habrá en el mundo suficiente amor, para resarcir vuestro miedo y vuestro dolor.
Todo mi respeto, todo mi cariño y toda mi lucha, va por vosotras.



Las Guerreras.

Luchadoras con la palabra y por la fuerza.
Porque la vida lo requiere.
Porque falta mucho pan y mucha sal.
Porque sobra mucho lujo y mucha hambre.
Guerreras donde haga falta.
En el cielo como en la tierra.
En la fábrica o en el Parlamento.
En la puerta de un desahuciado o plantando cara en el mismo infierno.
Buscando y peleando por los que no pueden encontrar ni gritar.
Alzando el puño, para que el mundo se entere de una vez, que la fuerza de la mujer es incombustible. Y además, sagrada.
Llevando el mundo sobre las espaldas.
Llenándose de callos las entrañas.
Moviendo el flequillo para dejar libre la mirada...
 Sois mi ejemplo a seguir y mi orgullo de ser humanas.
Es un honor compartir con vosotras el aire que nos da la vida.



Las Emprendedoras.

"Crisis y oportunidad" dicen por ahí... pero vosotras lo lleváis dentro desde mucho antes.
Sabéis canalizar las ideas.
Sois inventoras de proyectos y de sorpresas.
Encendéis la luz donde hay tinieblas.
Organizáis micro créditos y os funcionan los negocios.
Montáis lavanderías, pastelerías y repartís recursos donde no había nada.
Entendéis de matemáticas y de objetivos cumplidos. Sin ceder ni un poquito a la duda cuando os dicen que es una locura.
Ni por ser mujer.
Ni porque os dicen que sois incapaces de llegar.
Hacéis arte, comidas, o estrenáis un diminuto local lleno de flores.
Cultiváis la creatividad para canalizarla.
El triunfo es vuestro.
Porque ayudáis.
Porque la vida sigue adelante en gran medida, gracias a vuestro empeño por cambiar las cosas y mejorarlas.
Porque quitáis hambre.
Porque demostráis que se puede y se debe.
El respeto lo habéis hecho vuestro. Os lo merecéis.
Muchos mastodontes que pueblan el mundo, deberían fijarse para aprender.
Mi admiración más sincera.



Hay muchas más mujeres que merecen ser recordadas en este humilde blog o en cualquier otro lugar más destacado, donde se les pudiera rendir un justo homenaje.
Porque sus gestas lo valen.
Porque ellas, lo valen...
Quiero que, cada una de esas mujeres, si leen mis palabras, se sientan reflejadas, valoradas y reconocidas.



Queralt Berga.

2 comentarios:

Mercè dijo...

Hola Queralt, ya me he metido en tu blog y lo he leido entero. Me encanta. También he leido otros escritos que tienes. Me han gustado mucho. Un abrazo guapa.

Queralt. dijo...

Gracias Mercè... me alegro que te haya gustado. Siempre escribimos para que nos entiendan y nos quieran...

Sobre las autorías:

La mayoría de las fotos que ilustran este blog las he recogido en la red y son anónimas pero, si alguien se siente vulnerado en la autoría de alguna de ellas, no tiene más que decirlo y serán suprimidas o, se hará constar el nombre de su autor.

Mi Kay, mi perrita...

Mi Kay, mi perrita...