Nos llena, pletóricos de la emoción llamada miedo.
Nos invade cual corrosión de ácido desconocido.
Desaparece la comunión y el entendimiento.
Desaparece la comunión y el entendimiento.
Abruma el vacío de los sentidos...
La peor de las derrotas, la más vil de las pesadillas...
La explosión de lo feo y las maldades.
Suspiros... desencanto...
El mejor alimento, la verdad.
Lo más bonito, mariposas en el estómago, con las alas batiendo a ilusión.
Una deliciosa bebida, las lágrimas de amor.
Un esplendor, el universo.
El ser humando y el desaliento.
Queralt.
2 comentarios:
Lo sublime y lo mezquino. Mucho más de lo último.
“Bajo los adoquines no había arena de playa”.
No pierdas la esperanza, Queralt, tú no. Ten por seguro que puedes navegar sobre las piedras.
Publicar un comentario