jueves, 26 de noviembre de 2009

Yo, me mojo...

Para todos aquellos que no se van a molestar en buscarlo, aquí está el editorial que han publicado doce diarios de Barcelona ( La Vanguardia, El Periódico de Catalunya, Avui, El Punt, Segre, Diari de Tarragona, La Mañana, Diari de Girona, Regió 7, El Nou 9, Diari de Sabadell y Diari de Terrassa). Después de leerlo si tenéis a bien, dejad vuestro comentario. Si os apetece.
Personalmente, me sumo y asumo cada palabra.
Y, para ilustrar la profunda preocupación que me embarga, aquí dejo una bonita foto de Don Mariano, reflejando uno de aquellos momentos en los que se tuvo que envainar la soberbia y sus palabras para no perder demasiados votos entre los empresarios catalanes... después de urdir, si no él su partido (¿sin saberlo él), una de las campañas más vergonzosas e indignantes (no se, puede que hayan sido todas...), que los PPeros malos han sido capaces de pergeñar... y, de aquellos lodos, quedan estos barros...
No hace falta decir mucho más porque, a mi entender, el editorial y el preámbulo que publico (con el nombre del autor y los enlaces), lo dicen mucho mejor que yo, si pudiera decirlo con más frialdad de la que soy capaz de sentir. Pero, para el que quiera saber lo que opiné hace muuucho tiempo, aquí queda otro enlace http://queralt7.spaces.live.com/blog/cns!FF44376E13979ACE!175.entry

Una sociedad seria pide respeto

LA prensa catalana protagoniza hoy una iniciativa inusual con la publicación de un editorial conjunto en el que expresa su preocupación por la sentencia que debe emitir el Tribunal Constitucional sobre el Estatut. En una Catalunya abierta, democrática y con una notable pluralidad ideológica - con seis grupos políticos representados en el Parlament-,la prensa no cumpliría bien su función si no supiera percatarse de los momentos graves que un país atraviesa. Y estamos ante uno de ellos. Sería irresponsable obviarlo. Este diario cuenta con más de 128 años de historia y siempre ha sabido ver los riesgos de una decisión trágica. Incluso de aquellas situaciones que en su inicio podían parecer un simple sarampión infantil. La historia está llena de errores que no fueron corregidos a tiempo, bien por insensatez, por comodidad o por negligencia. La sociedad catalana ha expresado reiteradamente desde el inicio de la transición que se siente tan catalana como española. Ese es el vector que articula la corriente principal del pueblo catalán. Es cierto que otros se consideran sólo españoles o sólo catalanes, pero no son mayoría. Y eso debe saberse aquí y allí. Por ello es importante que el Tribunal Constitucional conozca exactamente que lo que tiene entre manos no es otra cosa que la voluntad mayoritaria del pueblo catalán. La voluntad de ese pueblo que se siente tan catalán como español. Catalunya nunca ha pedido privilegios y ha aceptado una cierta uniformidad aun a costa de dejar por el camino reivindicaciones históricas. Tiene detrás de sí una trayectoria civil y positiva. Es un pueblo serio y responsable y espera ser tratado como tal.


José Antich - DIRECTOR - 26/11/2009
La Vanguardia. Edición impresa.



La dignidad de Catalunya


26/11/2009 Actualizada a las 01:00h
Después de casi tres años de lenta deliberación y de continuos escarceos tácticos que han dañado su cohesión y han erosionado su prestigio, el Tribunal Constitucional puede estar a punto de emitir sentencia sobre el Estatut de Catalunya, promulgado el 20 de julio del 2006 por el jefe del Estado, rey Juan Carlos, con el siguiente encabezamiento: "Sabed: Que las Cortes Generales han aprobado, los ciudadanos de Catalunya han ratificado en referéndum y Yo vengo en sancionar la siguiente ley orgánica". Será la primera vez desde la restauración democrática de 1977 que el Alto Tribunal se pronuncia sobre una ley fundamental refrendada por los electores.
La expectación es alta. La expectación es alta y la inquietud no es escasa ante la evidencia de que el Tribunal Constitucional ha sido empujado por los acontecimientos a actuar como una cuarta cámara, confrontada con el Parlament de Catalunya, las Cortes Generales y la voluntad ciudadana libremente expresada en las urnas. Repetimos, se trata de una situación inédita en democracia. Hay, sin embargo, más motivos de preocupación. De los doce magistrados que componen el tribunal, sólo diez podrán emitir sentencia, ya que uno de ellos (Pablo Pérez Tremps) se halla recusado tras una espesa maniobra claramente orientada a modificar los equilibrios del debate, y otro (Roberto García-Calvo) ha fallecido. De los diez jueces con derecho a voto, cuatro siguen en el cargo después del vencimiento de su mandato, como consecuencia del sórdido desacuerdo entre el Gobierno y la oposición sobre la renovación de un organismo definido recientemente por José Luis Rodríguez Zapatero como el "corazón de la democracia". Un corazón con las válvulas obturadas, ya que sólo la mitad de sus integrantes se hallan hoy libres de percance o de prórroga. Esta es la corte de casación que está a punto de decidir sobre el Estatut de Catalunya. Por respeto al tribunal –un respeto sin duda superior al que en diversas ocasiones este se ha mostrado a sí mismo– no haremos mayor alusión a las causas del retraso en la sentencia. La definición de Catalunya como nación en el preámbulo del Estatut, con la consiguiente emanación de "símbolos nacionales" (¿acaso no reconoce la Constitución, en su artículo 2, una España integrada por regiones y nacionalidades?); el derecho y el deber de conocer la lengua catalana; la articulación del Poder Judicial en Catalunya, y las relaciones entre el Estado y la Generalitat son, entre otros, los puntos de fricción más evidentes del debate, a tenor de las versiones del mismo, toda vez que una parte significativa del tribunal parece estar optando por posiciones irreductibles. Hay quien vuelve a soñar con cirugías de hierro que cercenen de raíz la complejidad española. Esta podría ser, lamentablemente, la piedra de toque de la sentencia. No nos confundamos, el dilema real es avance o retroceso; aceptación de la madurez democrática de una España plural, o el bloqueo de esta. No sólo están en juego este o aquel artículo, está en juego la propia dinámica constitucional: el espíritu de 1977, que hizo posible la pacífica transición. Hay motivos serios para la preocupación, ya que podría estar madurando una maniobra para transformar la sentencia sobre el Estatut en un verdadero cerrojazo institucional. Un enroque contrario a la virtud máxima de la Constitución, que no es otra que su carácter abierto e integrador. El Tribunal Constitucional, por consiguiente, no va a decidir únicamente sobre el pleito interpuesto por el Partido Popular contra una ley orgánica del Estado (un PP que ahora se reaproxima a la sociedad catalana con discursos constructivos y actitudes zalameras). El Alto Tribunal va a decidir sobre la dimensión real del marco de convivencia español, es decir, sobre el más importante legado que los ciudadanos que vivieron y protagonizaron el cambio de régimen a finales de los años setenta transmitirán a las jóvenes generaciones, educadas en libertad, plenamente insertas en la compleja supranacionalidad europea y confrontadas a los retos de una globalización que relativiza las costuras más rígidas del viejo Estado nación. Están en juego los pactos profundos que han hecho posible los treinta años más virtuosos de la historia de España. Y llegados a este punto es imprescindible recordar uno de los principios vertebrales de nuestro sistema jurídico, de raíz romana: Pacta sunt servanda. Lo pactado obliga. Hay preocupación en Catalunya y es preciso que toda España lo sepa. Hay algo más que preocupación. Hay un creciente hartazgo por tener que soportar la mirada airada de quienes siguen percibiendo la identidad catalana (instituciones, estructura económica, idioma y tradición cultural) como el defecto de fabricación que impide a España alcanzar una soñada e imposible uniformidad. Los catalanes pagan sus impuestos (sin privilegio foral); contribuyen con su esfuerzo a la transferencia de rentas a la España más pobre; afrontan la internacionalización económica sin los cuantiosos beneficios de la capitalidad del Estado; hablan una lengua con mayor fuelle demográfico que el de varios idiomas oficiales en la Unión Europea, una lengua que en vez de ser amada, resulta sometida tantas veces a obsesivo escrutinio por parte del españolismo oficial, y acatan las leyes, por supuesto, sin renunciar a su pacífica y probada capacidad de aguante cívico. Estos días, los catalanes piensan, ante todo, en su dignidad; conviene que se sepa. Estamos en vísperas de una resolución muy importante. Esperamos que el Tribunal Constitucional decida atendiendo a las circunstancias específicas del asunto que tiene entre manos –que no es otro que la demanda de mejora del autogobierno de un viejo pueblo europeo–, recordando que no existe la justicia absoluta sino sólo la justicia del caso concreto, razón por la que la virtud jurídica por excelencia es la prudencia. Volvemos a recordarlo: el Estatut es fruto de un doble pacto político sometido a referéndum. Que nadie se confunda, ni malinterprete las inevitables contradicciones de la Catalunya actual. Que nadie yerre el diagnóstico, por muchos que sean los problemas, las desafecciones y los sinsabores. No estamos ante una sociedad débil, postrada y dispuesta a asistir impasible al menoscabo de su dignidad. No deseamos presuponer un desenlace negativo y confiamos en la probidad de los jueces, pero nadie que conozca Catalunya pondrá en duda que el reconocimiento de la identidad, la mejora del autogobierno, la obtención de una financiación justa y un salto cualitativo en la gestión de las infraestructuras son y seguirán siendo reclamaciones tenazmente planteadas con un amplísimo apoyo político y social. Si es necesario, la solidaridad catalana volverá a articular la legítima respuesta de una sociedad responsable.

Queralt.

7 comentarios:

Deprisa dijo...

¡Hola Queralt!

Personalmente no me gusta nada la política y si te soy sincero no me fio absolutamente nada de ningún político, sea cual sea su partido. Todos acaban yendo a por lo mismo.

En cuanto a tu pregunta en Deprisa tienes la respuesta en el siguiente link:

http://deprisa-deprisa.blogspot.com/2009/09/quien-es-quien-en-deprisa.html

Pedro es uno de los miembros, sí.

Un fuerte abrazo

FD: Oski

Arnau dijo...

La voluntad popular de una nación (esa que es aprobada primero en el Parlament de Catalunya, posteriormente en las Cortes generales, en el Senado, y finalmente en un referéndum libre y democrático; el Rey me la suda) es demasiado importante para que ésta sea pasada por el colador de 10 personas que representan, sí, una gran institución, pero que hoy en día se encuentra absolutamente prostituida, desprestigiada y politizada. Y si finalmente es así, ya nos podemos replantear lo que significan las palabras “democracia” y “transición” en este esplendoroso país al que llamamos España.

Porque entonces, qué nos quedaría a los ciudadanos para seguir creyendo en ella (en la democracia) si después de seguir todo el protocolo necesario de ley volvemos de nuevo al punto de partida.

Además,es la primera vez en nuestro país que un estatuto está a la espera de lo que diga la sentencia de un tribunal constitucional para su definitiva aprobación.

Maritoñi dijo...

Yo también me sumo

Juan Duque Oliva dijo...

Muy bien dicho

Bioteca dijo...

¡Hola Queralt!

Tienes razón, esta comunicación indirecta es una lata.

Estoy muy irritado con el asunto del Estatut.
Hace días escribí el siguiente comentario en el blog Palinuro, de mi amigo Cotarelo:



"Bioteca dijo...

A mí, querido Palinuro, no me parece un ex-abrupto la petición del señor Saura: los residuos de esa banda sectaria en que se ha convertido el Constitucional debería dimitir en bloque.
Si la mayoría de los ciudadanos de Cataluña ha decidido que quiere ser considerada como una nación, pues como si decide llamarse "insula libertaria", ¿qué hacemos? ¿les mandamos otro ejército de botiflers?
Salud
Julio"

Hoy he escrito otro comentario, pero aún no ha salido, a lo mejor lo he metido mal.

Gracias por el ofrecimiento de tu casa, y a la recíproca.
Besos Julio

Diego dijo...

Para mi el problenma fundamental es la falta de respeto con notas racistas hacia todo lo catalán....es es exactamente lo que está expulsando a los propios catalanes de España.

Una vez oí el chiste-gracieta "Cataluña está muy bien, lo que sobra son los catalanes", lo que para mi quiere decir necesitamos la riqueza de los catalanes pero a ellos no...y eso me recuerda a lo que pasaba con los judíos.

Creo que podría opinar durante horas, pero ya es suficiente

Un beso Queralt

Mayson dijo...

Yo si soy política, es más, creo que todos somos políticos. Nuestra forma de opinar, de obrar, nos delata.
¡Y me encanta la política!

Ya lo dijo Terencio: Homo sum, humani nihil a me alienum puto, lo que equivale a Soy persona, nada de lo que acontece a la humanidad me es ajeno.

Oí en la radio la noticia sobre los editoriales conjuntos en los diarios catalanes. Todo un hito!! Pero es que la unión hace la fuerza.

Es inadmisible que aún Catalunya no tenga su estatuto de autonomía.

En la diversidad está la esencia del todo.

Sobre las autorías:

La mayoría de las fotos que ilustran este blog las he recogido en la red y son anónimas pero, si alguien se siente vulnerado en la autoría de alguna de ellas, no tiene más que decirlo y serán suprimidas o, se hará constar el nombre de su autor.

Mi Kay, mi perrita...

Mi Kay, mi perrita...